Fecha de actualización: Agosto 22, 2022
Te interesaste en un carro y lo llevaste a revisión para conocer su verdadero estado. ¿Cómo está el motor? ¿La parte eléctrica? ¿Los frenos? Te entregan los resultados y no pareces entender mucho lo que ves allí. Aquí te contamos lo que debes saber.
No se trata de una complicada imagen diagnóstica o una de esas ecografías donde no se logra apreciar muy bien nada, pero a veces es como si lo fuera. Te entregan un documento con dibujos, números, gráficas, porcentajes, emisiones... palabras más, palabras menos, la salud del carro usado que quieres comprar.
A grandes rasgos parece que todo está bien, te dices, pero en el fondo quisieras entender mucho mejor los resultados arrojados por el peritaje hecho al vehículo, para estar tranquilo. Empecemos por partes, desde el principio, para que todo quede claro.
Se trata de una revisión, parte por parte, del vehículo. Una revisión de su funcionamiento que incluye tanto la parte mecánica como eléctrica y, también, la física, porque se revisan el motor, la batería, las llantas y la carrocería, entre otros aspectos.
Es importante para que sepas las verdaderas condiciones del carro que vas a comprar, descartar reparaciones mal hechas, golpes comprometedores en la carrocería o en el chasís.
Se trata, entonces, de una revisión técnico-mecánica y su nivel de profundidad es lo que permite tener mayor certeza sobre la calidad del vehículo en cuestión, junto con otras ayudas, como la prueba de conducción y el historial de mantenimiento del carro.
Entre más detallado sea el análisis, más información podrás obtener para tomar la decisión sin que luego te lleves sorpresas desagradables.
Estás buscando un carro seguro, pero es importante que esté en buen estado. Y necesitas asegurarte de que el peritaje esté bien hecho, que los resultados sean confiables.
Lo primordial es que sea un lugar reconocido, que te entregue la información completa y veraz sobre el estado del auto que está revisando. Que cuente con los profesionales y los equipos para poder evaluar correctamente cada una de las partes del automotor.
Sí, puede que tengas un mecánico de confianza, pero los carros de hoy tienen tanta tecnología a bordo que es mejor que se practique esta revisión en un sitio que cuente, también, con las herramientas precisas para desvelar cada detalle que pueda representar un problema presente… o futuro.
Tras la revision, que es un requisito que piden las financieras y las aseguradoras, te informarán sobre el estado del carro, eso ya está claro. En el informe podrás evidenciar varios aspectos mecánicos del vehículo, entre los que se incluyen el estado del motor, el funcionamiento de la parte eléctrica, los porcentajes de desgaste de la suspensión y la vida útil de las llantas, entre otras.
Lo que hay que entender de un peritaje, finalmente, son los estándares dentro de los cuales oscilan los resultados. Es eso lo que permite saber si, por ejemplo, los frenos están bien, más o menos bien, más o menos mal o mal.
En medicina, retomando el ejemplo inicial, se habla de valores de referencia y esos son los que hay que identificar y ver cómo está el carro de acuerdo con ellos, para entender su desgaste. Las llantas, por ejemplo, tienen un testigo que indica el momento de cambiarlas.
Depende mucho, también, del kilometraje que tenga el vehículo que deseas comprar y del cuidado que hayan tenido con él.
Finalmente, para la lectura del peritaje, lo importante es tener en cuenta, entonces, los promedios, los valores de referencia ya mencionados, para saber si el carro está dentro de los estándares de lo que se espera de su funcionamiento, en lo mecánico y eléctrico. Y que esté bien cuidado, bien conservado (y con la menos cantidad de sumidos o abolladuras posible) y funcional en lo que se refiere a su aspecto.